sábado, 2 de junio de 2012

Un mundo de olvido


Su nombre quedó perdido en el olvido, fue el último pensamiento que inundó su mente antes de darse la vuelta y  desaparecer para siempre.

Sus labios eran suaves como un dulce de crema, esponjosos como una nube, sabrosos como una gominola..
Y para qué hablaros de su mirada, si ni si quiera podéis apreciar el verde de sus ojos de cerca.. Tan puros como el olor a césped en mitad del campo, tan hermosos que si te miran, quedarías petrificada eternamente.
Su cara, es algo divino, hijo de dioses debe de ser que temo,  algún día lo descubran e intenten llevárselo para siempre.
Su cuerpo, esbelto, marcado por una figura antinatural..
Su persona entera, era bella, su sonrisa podría ser la cura contra el cáncer, podría salvar millones de vida, , porque cada vez que sonríe, el sol podría apagarse que su sonrisa iluminaría medio mundo…
Cuando sus manos me rozaban la cara, temía perder el equilibrio ya que eran como terciopelo, algo tan maravilloso y cálido que pensaba que si no lo agarraba con fuerza, saldría volando para posarme en una nube y contemplar su belleza desde el cielo.
Cierto que sabías por donde pasaba, una frescura inundaba toda la calle. Particularmente suyo tan bello, belleza maldecida a veces y adorada otras tantas, y su pureza anhelada.
El roce de su cuerpo tras la espalda, podría provocar un huracán que llegara hasta el espacio exterior, sin embargo ese huracán era reproducido a pequeña escala por tu corazón y enviado a cada extremidad de tu cuerpo, dejándote bloqueada, respirando despacito, demasiado, temiendo a que si haces las cosas con demasiada brusquedad, se desvanezca todo como en un sueño.

Estaréis pensando, que estoy estúpidamente enamorada de él, ¿no es cierto?
Sabéis que es lo peor de esta historia… el no existir, el que tu mente cree por ti, la vida, de un ser perfecto, alguien a quien amar, con quien discutir para después hacer las paces con tanta ternura que sientes que vas a morir de felicidad, alguien que sepa escucharte y curarte las heridas, que no se vuelvan a abrir jamás.. alguien que cuando os miréis, dejéis de ser un “ tu y yo” para convertiros en un “nosotros siempre”.

Su nombre quedó perdido en un mundo donde solo se llega cuando estás perdido, solo, demasiado solo, tanto que gritas pero la voz no te deja, sale tan distante y ronca que apenas puede traspasar la gruesa pared que se ha creado en tu alma, un lugar en el que nadie puede llegar, un mundo de olvido donde tu nombre, queda perdido..

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