lunes, 2 de abril de 2012

Yo te esperaré en mi cielo

Supongo que cada uno imagina el cielo de sus sueños, su cielo ideal. Cuando vivía en la montaña hubiese elegido un cielo de playas maravillosas con arenas blancas y aguas cristalinas, ahora que vivo en esa playa mi cielo está en un bosque...
He estado allí, mi bosque es brillante, lleno de luz que no se sabe de donde sale, porque no veo el sol, miro para arriba y los árboles son tan frondosos que no veo ni sol ni cielo, todo es verde... me quedo maravillada cuando noto que muevo la cabeza hacia atrás y no me duelen las cervicales... claro, estoy en el cielo. Todo está lleno de Luz que no se sabe de donde sale, una Luz que no proyecta sombras...
Hoy he vuelto a estar allí, en mi Cielo, te estaba esperando.
Sin embargo hoy no había tanta luz, parecía una noche de luna llena. No sé porqué no sentía la alegría de otras veces...
Empecé a caminar por ese sendero tan familiar, hasta llegar al lago. Sus aguas eran un espejo donde se reflejaba el firmamento de color azul oscuro, con cientos, miles de estrellas brillantes.
Me paré mirando el agua, te estaba esperando....
Sentí tus pasos acercándose... deslizaste tus brazos alrededor de mis hombros y apoyaste tu cabeza en la mía... como la otra vez...
Cuando me dí la vuelta y te miré a los ojos lo comprendí de repente. ¡Dios mío! ¡Otra vez no! Tu cielo no será mi cielo tampoco esta vez, tu sonrisa triste me lo estaba diciendo... hola y adiós...
Entonces, cuando ya iba a llorar, me desperté. Estaba en mi cama y tenía esa piedra roja en la mano, la piedra roja que siempre cojo cuando pienso en ti, cuando me preocupo por ti, la mitad de tu piedra.
Tengo que decírtelo, tengo que avisarte. No hagas nada para irte ni un solo día antes de que te llamen...
Yo... te esperaré en Mi Cielo...

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