No quiero nada

No me agarres tan fuerte porque para mí es un mundo y no me beses así porque puedo crear fantasías en mi cabeza. Así que vete. No quiero verte, no, ya no. Hasta que te preguntes por mí. Sabes lo cabezota que puedo llegar a ser pero no me dejes sola. Ojalá que nadie cubra mi lugar (pero, ¿qué lugar?). Y si lo cubre, mala suerte. Entonces pienso en darte todo de mí para que no puedas borrarme, ni olvidarme, ni hacerme añicos dentro de ti. ¿Y para qué? No quiero nada contigo, sólo tenerte cerca, muy cerca, que me sonrías y que me importe menos que nada dónde estoy, qué me pasa y qué hora es para despedirme hasta otro día. Quiero, y qué difícil es todo cuando crees estar perdido.